Entré a estudiar psicología con la clara intención de convertirme en psicoanalista, razón por la que en los últimos años de la carrera comencé a asistir a una terapia analítica. Sin embargo, muy pronto comencé a sentirme molesta conmigo misma, carente de las herramientas necesarias para hacerme cargo de aquellas situaciones o aspectos que no me hacían sentir a gusto.

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Por mucho tiempo una persona muy cercana me recomendaba explorar una alternativa distinta, hasta que por fin me decidí a probar. Al finalizar la primera sesión en que trabajamos con algunos de los patrones que ofrece Alba Emoting fue claro para mi el cambio de sensación. Recuperé la confianza en la posibilidad de hacerme cargo de mis emociones y de gestionar los cambios que necesitaba.

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Desde ahí comenzó mi interés por el método Alba Emoting, el que comencé a estudiar y desarrollar en espera de una formación oficial. Así, al poco tiempo, se convirtió en mi mejor herramienta de desarrollo personal y de trabajo, descubriendo sus múltiples usos y sus impactantes efectos tanto en mi vida personal como en mi rol de terapeuta y en la vida de mis pacientes.

Es por ello que estudié en mi investigación de Magister sus aportes a la psicoterapia y enfoqué mi carrera en la difusión del método a través de mi sitio web, la psicoterapia, talleres, capacitaciones y, ahora, en esta formación en la que hemos puesto mucha energía y cariño para enseñar Alba Emoting de manera responsable y cálida, entendiendo sus múltiples beneficios en la gestión emocional y en la importancia del trabajo experiencial con el método para su adecuada incorporación.

Mientras estudiaba psicología en la Universidad de Concepción me decepcioné de los contenidos tan teóricos y abstractos y comencé una búsqueda de propuestas corporales y transpersonales. En esa búsqueda me tropecé con un pequeño artículo que describía los patrones efectores respiratorios de una técnica que llamaban Alba Emoting y era de una chilena!: de Susana Bloch. Con un grupo de compañeros realizamos nuestra  tesis de grado usando esta información y no nos demoramos en dar cuenta que, sin aprender desde el cuerpo integralmente estos patrones, era imposible responder a nuestras hipótesis.

Como no encontré dónde profundizar en esta línea, comencé a especializarme  en otros sistemas hasta que 3 ó 4 años después tuve el gran regalo no sólo de conocer a Susana sino que ella misma fuera la primera en entrenarme en los patrones efectores y me enamoré del sistema. Estuve en el primer grupo de formación en Alba Emoting Experiencial, cuyos docentes fueron Sergio Lara y Paula Zúñiga (un lujo!) y colaboré con Susana Bloch en la formación de los Alba Nova (otro lujo!), un grupo al que ella misma entrenó mediante trueques.

Me fue tan fluido integrar el uso de los patrones emocionales a mi vida personal, a la docencia, a la clínica, a la aplicación en diversos grupos: niños, adultos, personas con dificultades físicas y neurológicas, en el contexto de salud pública, y finalmente a la maternidad; ver que mi hijo critica los dibujos de los cuentos porque nombran enojo a una expresión de miedo, o como alegría una expresión más agresiva, me hace sentir curiosidad sobre lo que esta claridad colaborará en sus relaciones afectivas, tal vez en sus futuras decisiones…

Hoy en día ejerzo como psicóloga en mi consulta particular donde integro todos los aprendizajes que Alba Emoting y Susana Bloch me han transmitido, colaboro en algunas formaciones y en distintas consultoras, y estoy orgullosa de ser parte de la formación en Alba Emoting.